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Prevenir la obesidad infantil en las primeras etapas de la vida

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Más del 36 % de los niños españoles entre tres y nueve años padece exceso de peso. La educación en hábitos de vida saludables y la promoción de una alimentación equilibrada resultan fundamentales para conseguir que esta cifra se reduzca.

El exceso de grasa y su acumulación en el organismo empiezan a manifestarse a edades cada vez más tempranas. Un seguro de salud completo puede ayudar en el tratamiento y la monitorización de las diferentes patologías cardiovasculares y psicológicas asociadas al sobrepeso, pero la prevención sigue siendo la mejor herramienta para erradicar la obesidad en infancia.

¿Cuáles son las principales consecuencias de la obesidad infantil?

No todos los tipos de obesidad son iguales, ni afectan de igual manera a todos los pacientes pediátricos. No obstante, la obesidad infantil presenta algunos rasgos comunes en todos los niños.

A edades muy tempranas, el exceso de grasa en el organismo se traduce en dos tipos de consecuencias:

  • Consecuencias psicológicas: los niños con sobrepeso son más propensos a sufrir aislamiento, depresión y otros trastornos (anorexia, bulimia, baja autoestima…). También hay una mayor tendencia a iniciarse en hábitos nocivos como el tabaquismo o a seguir sufriendo obesidad en etapas posteriores (adolescencia o edad adulta).  
  • Consecuencias patológicas: padecer obesidad durante la infancia afecta al desarrollo de los huesos y a la salud de las articulaciones. También aumenta el riesgo de padecer alteraciones metabólicas y a desarrollar enfermedades cardiovasculares que pueden agravarse con el tiempo. Por último, los niño obesos experimentan mayor cansancio y fatiga, llegando a experimentar complicaciones para respirar o dormir.  

 ¿Cómo se puede prevenir la obesidad infantil?

Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para la prevención de la obesidad en la infancia se pueden resumir en los siguientes puntos: 

  • Reducción de la ingesta de azúcares y alimentos poco saludables  
  • Promoción de la actividad física y reducción de los comportamientos sedentarios  
  • Establecimiento de pautas de sueño y hábitos saludables durante la primera infancia 
  • Desarrollo de programas de nutrición y actividad física en entornos escolares 
  • Puesta en marcha de programas de control de peso centrados en la familia

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