Los sentimientos de depresión son comunes entre quienes padecen cáncer y su entorno más inmediato. La extensión de los tratamientos y la incertidumbre de cuál será la respuesta del paciente generan una gran inquietud.
Cuando se trata de niños, la situación suele ser aún más complicadas. En estas circunstancias, la intervención de un psicooncólogo puede servir para paliar el impacto emocional que supone el diagnóstico de un cáncer.
¿Cuál es la labor del psicooncólogo?
Los especialistas en psicooncología desempeñan un papel muy importante en la aceptación de la enfermedad y su afrontamiento. Actúan tanto desde la perspectiva del tratamiento médico como desde el autocuidado del paciente, e integran también al entorno familiar y social.
Las principales funciones de un psicooncólogo son:
- Ayudar a asimilar el shock del diagnóstico.
- Proporcionar herramientas para el manejo de la ansiedad, el miedo y el estrés.
- Preparar a paciente y familiares para la hospitalización y los tratamientos.
- Ofrecer soluciones para la gestión del dolor y los efectos secundarios.
- Asistir al entorno en circunstancias de pérdida y duelo.
¿Qué tratamientos propone la psicooncología para el cáncer?
Con el objetivo de prevenir tanto los problemas mentales y emocionales como los físicos, la psicooncología trabaja con varias técnicas:
- Terapia cognitivo conductual
Sirve para proporcionarle al paciente las herramientas necesarias para alcanzar el autocontrol de las emociones y los pensamientos. A través de la terapia cognitivo conductual es posible abordar situaciones comunes como el miedo a los hospitales y transformar la ansiedad en emociones positivas.
- Terapia interpersonal
Se emplea para ayudar al paciente a procesar los cambios de su nueva situación. La terapia interpersonal trabaja la autoimagen y permite readaptar las relaciones sociales y familiares al nuevo rol (de persona sana a persona enferma).
- Psicoterapia
Es un conjunto de técnicas de relajación e hipnosis que se pueden llevar a cabo de manera individual con el paciente o en grupo y con la familia. El objetivo es promover un estado de ánimo más relajado que mejore la actitud de paciente y entorno frente a las nuevas circunstancias.
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