La edad, los problemas dentales previos o el seguimiento de algún tratamiento específico, condicionan la regularidad con la que se debe visitar al dentista. Pero también las bocas más sanas necesitan pasar por consulta cada cierto tiempo para mantenerse en las mejores condiciones.
La regla de una visita al año al dentista es solo una recomendación generalizada. Hay personas que son más propensas a padecer infecciones dentales o que por sus hábitos de vida están más expuestas a sufrir algún problema bucodental. Es necesario valorar cada caso para determinar con qué frecuencia será necesaria la revisión por parte de un profesional.
¿En qué consisten una revisión dental?
Durante las revisiones orales, un experto en odontología se encarga de evaluar el estado de dientes y encías para determinar si es necesario algún tipo de tratamiento adicional aparte de la higiene rutinaria. Las revisiones dentales son un buen momento para realizar una limpieza en profundidad, así como para identificar la presencia de posibles caries o de otras anomalías que afecten a la salud bucodental del paciente.
Ventajas de las revisiones dentales
Someterse a revisiones dentales de forma periódica es un método estupendo para proteger la salud de diente y encías, así como para prevenir eventuales problemas. Además, muchos seguros de salud incluyen este tipo de servicios entre sus coberturas adicionales, por lo que las revisiones dentales resultan un procedimiento cada vez más accesible.
Entre las principales ventajas de acudir a revisiones dentales periódicas están:
- Prevenir enfermedades en los dientes
- Conservar el esmalte más blanco y la dentadura más limpia
- Fortalecer dientes y encías
- Reducir las posibilidades de padecer algunas enfermedades renales y cardiovasculares
- Realizar un diagnóstico precoz de ciertas patologías
Una cita obligatoria con la salud oral
El tiempo exacto con el que debería realizarse la visita al dentista lo determinará el propio especialista en función de las particularidades de cada paciente. Una visita anual debería ser lo mínimo en condiciones normales, aunque lo más recomendable es acudir al menos dos veces al año a la clínica dental para realizar una evaluación y una limpieza en profundidad.
En pacientes con otras patologías como diabetes o enfermedades cardíacas, en personas fumadoras y en aquellas más propensas a desarrollar infecciones, deberá acortarse el tiempo entre revisión y revisión.