Este sábado, 8 de mayo, se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Ovario, y desde Pelayo Vida queremos sumarnos a esa conmemoración.
Tal vez, el tipo de cáncer al que la mujer más teme sea el cáncer de mama. Y, efectivamente, es el tipo de cáncer que más padecen a las mujeres, pero también el que mayores estadísticas de supervivencia presenta. El motivo, el aumento de la concienciación acerca de la detección precoz de esta enfermedad
Pero el cáncer de mama no es el único cáncer femenino al que las mujeres deben prestar especial atención. A los cánceres ginecológicos -de ovario, de útero y de cuello uterino- también se les debe prestar atención. Y es que, por ejemplo, el cáncer de ovario es el tercer tipo de cáncer más frecuente del aparato reproductor femenino, pero el que más muertes produce de entre todos los mencionados.
Según datos de la World Ovarian Cancer Coalition, organización del Día Mundial del Cáncer de Ovario, casi 250.000 mujeres son diagnosticadas con cáncer de ovario cada año en el mundo, de las cuales, alrededor de 140.000 fallecen.
Con todo ello, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el 90 por ciento de las mujeres con cáncer de ovario sobrevive más de cinco años si el diagnóstico se realiza de forma precoz, algo que, en la actualidad, solo sucede en el 20 por ciento de los casos. No obstante, la tasa de supervivencia de las pacientes se ha triplicado respecto a los años 80, cuando la media no alcanzaba los 20 meses.
¿Qué hay que saber sobre el cáncer de ovario?
Seguro que el cáncer es una cuestión que alguna vez, a la mayoría de las mujeres, se les ha pasado por la cabeza. Bien por contar con antecedentes familiares, bien por haber conocido algún caso cercano en nuestro entorno, bien por los testimonios de figuras públicas que han hecho público el padecimiento de la enfermedad. Si es así, desde Pelayo Vida recomendamos prestar atención a la detección precoz de la posible enfermedad.
Causas que provocan el cáncer de ovario
En la mayoría de los casos, el cáncer de ovario se produce a causa de la transformación maligna de las células epiteliales que recubren el ovario. Los motivos que lo provocan aún no están confirmados. No obstante, sí se han detectado algunos factores que pueden favorecer la aparición de la enfermedad, tales como la infertilidad o un número reducido de embarazos, así como el exceso de peso o el tabaquismo.
Asimismo, atendiendo a factores genéticos, según la SEOM, solo en el 10-15 por ciento de los casos “las mujeres con dos o más familiares paternos o maternos que hayan padecido cáncer de ovario o cáncer de mama tienen un riesgo más alto de padecer un cáncer de ovario”.
Síntomas del cáncer de ovario
La SEOM afirma que se trata de una enfermedad que presenta pocos síntomas. Y ahí radica el riesgo de no detectarlo de forma precoz. De hecho, los síntomas suelen presentarse cuando la enfermedad ya se encuentra en un estadio avanzado.
En este sentido, se debería poner especial atención a ciertas señales de alerta que ayuden a detectar a tiempo la enfermedad.
Según la American Cancer Society, un primer síntoma puede ser malestar en la parte inferior del abdomen, que se suele asociar a una mala digestión o una gastroenteritis, puesto que no es habitual que se produzca sangrado.
Otro síntoma es el hecho de que, una vez pasada la menopausia, los ovarios tengan un tamaño mayor. En este sentido, notar el abdomen hinchado, bien por el aumento del tamaño del ovario, bien por la presencia de líquido es un síntoma al que se debe prestar atención. En este punto, también puede ser frecuente experimentar dolor en la pelvis, pérdida de peso, anemia, saciedad, cansancio y aumento de la necesidad de orinar.
Otros síntomas, aunque menos frecuentes, pueden ser crecimiento excesivo del revestimiento interno uterino, un aumento en el tamaño del pecho o un mayor desarrollo del vello, debido a la segregación de hormonas.
Diagnóstico del cáncer de ovario
Dada la dificultad de percibir los síntomas, pues estos no aparecen hasta que el cáncer se ha extendido, el diagnóstico en los primeros estadios de la enfermedad es complicado.
Lo habitual suele ser que la primera voz de alarma se produzca cuando, durante una revisión ginecológica, se detecte masa pélvica.
Una ecografía, un tac, una resonancia magnética y un análisis de sangre afinarán el diagnóstico, pero este no se confirma hasta que se pasa por el quirófano.
Así, si el riesgo de padecer cáncer es algo que te preocupa, desde Pelayo Vida te animamos a prestar atención a la posibilidad de padecer síntomas, así como a someterte a las revisiones ginecológicas rutinarias que pudieran favorecer una detección precoz de la enfermedad.
Padecer una enfermedad como el cáncer es duro, en todos los planos de la vida. Lamentablemente, en el económico también. En Pelayo somos conscientes de ello, y con el objetivo de ofrecer una protección lo más amplia posible a la mujer, nuestro seguro de Vida Mujer ofrece coberturas específicas para el cáncer femenino. Esta cobertura consiste en el pago de un capital si a la asegurada se le diagnostica un cáncer femenino. Abonada la prestación por la contingencia del cáncer femenino, se mantiene el contrato en vigor para el resto de coberturas habituales de un seguro de vida.
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