Publicado por Seguro que más de una vez has soñado con ‘montártelo por tu cuenta’. Ser tu propia jefa. Ya sea como freelance o como empresaria. Pero, ¿cuántas de vosotras ha dado el paso? A veces, un cambio radical en nuestra vida profesional supone emoción. Pero otras, salir de esa zona de confort nos genera miedos, temores que atenazan esa ilusión, frenando ese paso hacia adelante. Y es que pensar que arriesgamos nuestro futuro, puede dar vértigo. Y no decir tiene, pensar que arriesgamos el futuro de nuestros hijos, sobre todo, si a nosotras nos pasa algo…
No obstante, poco a poco, cada vez más mujeres dan ese importante paso. Y si hubo un paso pequeño para el hombre, pero grande para la humanidad, este gran paso de estas mujeres, traerá enormes avances también a toda la sociedad.
El último informe sobre mujeres autónomas elaborado por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) confirmó que cada vez son más las mujeres que se dan de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Según los datos presentados en el informe, el pasado año cerró con un aumento del 2,8% en el número de emprendedoras, alcanzando un total de 1.205.014 trabajadoras por cuenta propia.
La mujer emprendedora en la actualidad
Hoy en día, la mujer emprendedora representa un 20% en nuestro país, un poco por encima del conjunto de Europa (un 17%), pero aún por debajo de Norteamérica, donde un 21% son emprendedoras y de Latinoamérica, donde se sitúa en un 24%, según datos del ‘Mapa del Emprendimiento 2022’, realizado por South Summit, iniciativa del Instituto de Empresa (IE).
¿Cuál es el perfil de estas mujeres? Según datos del Observatorio de Igualdad y Empleo, en general, tienen entre 35 y 44 años de edad, con visión para detectar oportunidades de negocio, innovadoras y creativas. El 44,4% tiene estudios superiores, entre las cuales, más de la mitad tiene estudios universitarios.
En cuanto a su motivación, un 70% de estas lo hace por necesidad. De hecho, a través de un estudio de LinkedIn, se concluye que a lo largo de los últimos años los principales motivos de este aumento de las mujeres que deciden emprender es la necesidad de obtener ingresos ante las dificultades laborales que trajo la pandemia, que agrandó la brecha de paro entre hombres y mujeres.
Entre las distintas localizaciones en España, Extremadura es el lugar preferido para el emprendimiento femenino, seguido de cerca por Galicia, Castilla y León, Canarias y Andalucía. Los sectores por lo que suelen optar son la hostelería, las actividades científicas, la sanidad, la inmobiliaria, la educación o los seguros.
Otra diferencia llamativa que se observa entre el emprendimiento femenino y el masculino está relacionada con la brecha de género existente en las startups. De hecho, solo el 20 % de las personas que impulsan startups son mujeres, de acuerdo al Mapa de Emprendimiento 2020 de South Summit. Porcentaje que apenas ha variado a lo largo de los años. Esta realidad también puede atribuirse en parte al bajo número de mujeres en las disciplinas STEM (acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics) y la fuerte conexión entre el espíritu empresarial y la tecnología o la investigación científica.
Qué tener en cuenta a la hora de emprender
En lo que respecta a los retos a los que se enfrenta la mujer emprendedora, cabe mencionar la falta de referentes en el sector, los roles y estereotipos de género siguen posicionando a las mujeres en ámbitos feminizados, por ello, las mujeres se centran en emprender en el sector servicios y se alejan de los sectores digitales y tecnológicos. También, existe una gran dificultad a la hora de acceder al crédito y financiación, este cae en estereotipos que insisten en la idea de que los préstamos a las mujeres son más arriesgados, a pesar de que los datos indican que no es así.
“De hecho, existen pruebas de que las empresas dirigidas por mujeres son más rentables que la media de todas las empresas cuando reciben financiación externa”, aseguró hace unos meses Andrew Pitt, jefe global de investigación del grupo de clientes institucionales de Citi, en la presentación del estudio ‘Women entrepreneurs. Catalyzing growth, innovation, and equality’. Además, las mujeres se encuentran con la falta de redes de apoyo de su entorno, las demandas relacionadas con la conciliación familiar y personal. Todos estos obstáculos y dificultades hacen que las mujeres no sean reconocidas como potenciales emprendedoras y, por lo tanto, encuentran más barreras a lo largo del proceso.
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