Suben las temperaturas y sube el precio de la luz. Refrescar la casa en los meses más calurosos puede hacer que la economía del hogar se resienta, por lo que las familias agudizan el ingenio para garantizar un ambiente confortable dentro de casa.
La solución más sencilla es recurrir a los aparatos de aire acondicionado, pero no es la más económica, ni la más sostenible. Un cambio de hábitos y algunos trucos caseros te ayudarán a refrescar la casa sin que aumente el consumo eléctrico y manteniendo tu compromiso con el medioambiente.
Consejos para mantener la casa fresca sin aire acondicionado
Ahorro y optimización son dos puntos clave para refrescar la casa de un modo eficiente y sostenible. Estas son algunas de las prácticas que puedes incluir en las rutinas del hogar para evitar que el calor se instale en tus habitaciones.
- Ventila la casa a primera hora de la mañana y a última hora de la noche, manteniendo puertas y ventanas cerradas el resto del día.
- Instala toldos en ventanas y terrazas para disminuir la incidencia del sol y utiliza las persianas en las fachadas más expuestas.
- Reduce el uso de dispositivos eléctricos en casa, desde las luces hasta los electrodomésticos, apagando aquellos que no estés utilizando.
- Recurre a las plantas para refrescar las estancias interiores y a las enredaderas y plantas trepadoras para aislar las fachadas de manera natural.
- Aplica burletes en las puertas para evitar que entre el calor. También te servirán como aislantes térmicos cuando llegue el invierno.
- Cambia los textiles del hogar por las variedades más ligeras. El algodón y el lino son los materiales más adecuados para estar frescos en la cama o en el sofá.
Si además de mantener la casa fresca quieres disfrutar con la tranquilidad de tener las espaldas cubiertas frente a posibles accidentes, contrata un seguro de hogar. Puedes personalizar las coberturas y servicios que necesitas para garantizar una solución eficiente frente a los daños más habituales.