mantenimiento de caldera

La importancia de cuidar la caldera: cuándo revisarla para asegurar un buen mantenimiento

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La eficiencia y la seguridad de las calderas dependen, en gran medida, de un buen mantenimiento. Para prolongar la vida útil de las instalaciones y evitar incidentes graves como fugas o explosiones, es fundamental que un especialista compruebe su rendimiento de forma periódica.

Las anomalías en el funcionamiento de una caldera de gas o de gasoil pueden derivar en problemas graves para la seguridad de un inmueble. Además, las reparaciones de las calderas pueden resultar muy costosas, por lo que el mantenimiento preventivo es la solución más eficiente.

¿Qué comprobaciones se hacen durante la revisión de una caldera?

Entre los pasos básicos de la revisión de una caldera destacan:

  • Comprobación de la presión en el caso de las calderas de gasoil (en frío, deben estar entre 1 y 1,5 bares) y de los termostatos.
  • Verificación del color de la llama (debe ser de tono azulado) y de los sistemas de ventilación (no deben producir olores intensos y persistentes).
  • Pruebas de estanqueidad, para garantizar que no existe ninguna fuga.
  • Revisión de la cámara de combustión.
  • Limpieza de conductos, quemadores y filtros y, en caso necesario, reemplazo de las piezas deterioradas por otras nuevas.

¿Cada cuánto realizar el mantenimiento de la caldera?

Aunque está muy extendida la idea de que la revisión de la caldera es algo opcional, lo cierto es que es una obligación recogida en el Reglamento de Instalaciones Térmicas de los Edificios (RITE). Según la normativa, es obligatorio que un técnico autorizado revise las instalaciones de gas cada 5 años y cada 2 años en caso de las calderas de gasoil. No hacerlo puede ser motivo de sanción.

¿Por qué es importante realizar revisiones periódicas de la caldera?

Aparte de por motivos de seguridad obvios, las revisiones periódicas de la caldera son esenciales para que el seguro de hogar se haga responsable de posibles daños en caso de siniestro. Además, un correcto mantenimiento de la caldera garantiza un funcionamiento más eficiente y un mayor ahorro, aparte de prolongar su vida útil.

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