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Diferencias entre un seguro de vida y un seguro de accidentes

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Aunque tanto los accidentes como las enfermedades graves son situaciones que pueden poner en riesgo la estabilidad financiera de las familias, cada situación presenta sus particularidades. Por eso los seguros de vida y los seguros de accidente funcionan de manera diferente.

Las coberturas, los beneficiarios y las cantidades a abonar difieren entre un tipo de seguro y otro. Y es que las finalidades de un seguro de vida y uno de accidentes son diferentes y, más que excluirse, se complementan.

Finalidad de un seguro de vida y un seguro de accidentes

Tanto los seguros de vida como los de accidentes están pensados para proporcionar tranquilidad financiera a los beneficiarios en caso de alguna eventualidad. En el caso de los seguros de vida, esa eventualidad es el fallecimiento del asegurado; en el caso del seguro de accidentes, las coberturas se aplican cuando el asegurado sufre una lesión o fallece debido a un accidente.

¿Qué cubren los seguros de vida y los de accidentes?

El seguro de vida se activa cuando el asegurado fallece, con independencia de cuál haya sido la causa (enfermedad o accidente). Por su parte, el seguro de accidentes cubre los gastos médicos en caso de incapacidad y sirve también de colchón económico a la familia durante la rehabilitación del titular. También indemniza a los beneficiarios en caso de fallecimiento del asegurado, pero no si la muerte ha sido por causas naturales o por una enfermedad.

¿Quiénes son los beneficiarios de cada tipo de seguro?

Por último, es importante diferenciar quiénes son los beneficiarios de cada tipo de seguro. En ambas pólizas, el asegurado puede designar a sus beneficiarios. Los seguros de vida se pagan de forma directa a estos beneficiarios cuando el asegurado fallece y, por lo general, están exentos del pago de impuestos. Resultan muy ventajosos para afrontar los gastos de los procesos hereditarios costosos.

Los seguros de accidente se pueden pagar directamente al asegurado, en caso de que haya sufrido una lesión grave o una incapacidad, o a los beneficiarios designados, si ha fallecido por causas accidentales. Los pagos varían dependiendo de la gravedad de las lesiones sufridas y de las condiciones de la póliza. Es la opción más recomendable para quienes realizan actividades que pueden aumentar el riesgo de sufrir lesiones.

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