Según el informe Fundamed, en España hay 3 millones de personas diagnosticadas con depresión. Esta enfermedad mental es, además, la primera causa de discapacidad en el mundo, afectando a la vida familiar, social y profesional.
Las consecuencias mentales, físicas y sociales de la depresión pueden llegar a suponer una limitación importante para las personas que padecen este trastorno mental. El asesoramiento psicológico resulta fundamental para superar la enfermedad y retomar las actividades de la vida cotidiana.
¿Qué es la depresión?
Las personas que sufren depresión experimentan una pérdida progresiva de motivación y autoestima, cambios en el estado de ánimo (tristeza) y otros problemas que afectan a la calidad del sueño y al equilibrio emocional.
Los síntomas de la depresión pueden desencadenarse de manera puntual y transitoria, o cronificarse y mantenerse a lo largo del tiempo. En cualquier caso, para diagnosticar un cuadro depresivo, estos síntomas deben manifestarse durante al menos dos semanas consecutivas y estar presentes la mayor parte del día.
¿En qué se diferencia la depresión de la ansiedad y la distimia?
Es habitual confundir la depresión con otras patologías como la distimia y la ansiedad. No en vano, son trastornos que también provocan incapacitación a quienes los padecen. Sin embargo, cada enfermedad presenta unos rasgos particulares.
Los síntomas de la distimia son menos graves que los de la depresión, y están más relacionados con la fatiga, la pérdida de apetito, el insomnio o la falta de concentración. Con todo, los síntomas de la distimia suelen prolongarse más en el tiempo.
La ansiedad es un trastorno que se caracteriza por una sensación de angustia y de miedo constantes. Además, mientras que la depresión se relaciona más con momentos del pasado, la ansiedad está relacionada con problemas emocionales provocados por la anticipación del futuro.
Grados de discapacidad por depresión
Como ocurre con otras enfermedades mentales, en la depresión se distinguen diferentes grados de incapacitación:
- Clase 1: aunque la depresión está diagnosticada, esta no afecta a las capacidades funcionales del paciente (incapacidad: 0 %).
- Clase 2: el paciente puede desarrollar su vida con normalidad, excepto cuando se producen cuadros de estrés (incapacidad entre 1-24 %).
- Clase 3: empiezan a identificarse ciertas limitaciones a la hora de desarrollar actividades cotidianas o ciertos trabajos (incapacidad entre 25-59 %).
- Clase 4: la incapacidad laboral es más que notable, aparte de que el paciente necesita de supervisión para poder realizar vida normal (incapacidad entre 60-74 %).
- Clase 5: el nivel de incapacidad es muy grave, impidiendo que la persona afectada pueda cuidar de sí misma o desarrollar ningún trabajo (incapacidad superior al 75%).
El diagnóstico de un cuadro depresivo debe ir acompañado de un plan de tratamiento. Dependiendo del grado de discapacidad, es posible que los pacientes deban abandonar su trabajo para recibir la asistencia necesaria. Un seguro de vida integral contempla estos supuestos e incluye soluciones para abordar la enfermedad, minimizando el impacto económico y emocional que esta situación pueda suponer para la persona afectada y para su familia.