Reforzar el compromiso con la sostenibilidad es apostar por el futuro del planeta. Así como instituciones y organismos tienen la obligación de implantar cambios que favorezcan al equilibrio medioambiental, tú también puedes saber cómo conseguir que tu casa sea sostenible aplicando sencillos cambios en tus rutinas.
El cambio climático es un problema global en el que todos somos parte de la solución. El ahorro energético y la adopción de conductas ecofriendly comienzan en el propio hogar. Sobre todo, ahora que se está extendiendo la modalidad del teletrabajo, conviene revisar algunas costumbres caseras que son poco consideradas con el medioambiente.
El tráfico, las fábricas o la destrucción de espacios verdes no son los únicos responsables del cambio climático. También nuestros hábitos de consumo y empleo de recursos afectan a la salud del planeta. ¿Cómo modificar el rumbo para alcanzar la meta de la sostenibilidad? La clave está en los pequeños cambios.
7 cambios básicos para tener un hogar sostenible
- Optimizar el consumo eléctrico. Adquiere electrodomésticos y dispositivos eficientes. Las neveras, congeladores, hornos y secadoras son los electrodomésticos con un nivel de consumo más elevado. Invierte en las opciones que requieran un uso de energía más moderado.
- Utiliza opciones de iluminación eficientes. Lo más ecológico es la luz natural. Aprovéchala al máximo y evita encender luces que no sean necesarias. El empleo de bombillas LED supondrá un ahorro importante en el consumo.
- Reutiliza en lugar de comprar. Dale una segunda oportunidad a muebles y tejidos que pueden ser reconvertidos en otro objeto, con una nueva función.
- Invierte en materiales reciclables. Sustituye los plásticos por la madera, el vidrio o el cartón. Un ejemplo común es el de las bolsas de la compra o los cepillos de dientes. ¿Realmente necesitas que sean de plástico?
- Consume energía de forma responsable. Apaga o desconecta los dispositivos que no estés utilizando. Un ajuste en los hábitos de consumo eléctrico en el hogar te permitirá reducir la potencia contratada y ahorrar dinero y recursos en cada factura de la luz.
- No desperdicies agua. Dejar el grifo abierto mientras fregamos, nos duchamos o nos lavamos los dientes es una conducta muy habitual que supone un notable desperdicio de agua. ¡Evítala!
- Invierte en energías renovables. Los paneles solares, las bombas de calor y las estufas de biomasa son opciones de climatización y energía mucho más eficientes. No tardarás en amortizar la inversión y el planeta te lo agradecerá.