Pasar la ITV es un trámite obligatorio que hay que superar cada cierto tiempo para poder circular con el vehículo. Cuando estos empiezan a tener unos años y a presentar pequeños fallos, es posible que surja algún problema durante la inspección.
No te pongas en lo peor sin conocer los detalles del resultado. Una ITV desfavorable no es lo mismo que una ITV negativa y, en cualquier caso, existen formas de evitar ambas situaciones. Solo hace falta ser un poco previsor para aumentar las opciones de que tu vehículo complete con éxito este trámite.
¿Cuáles son los posibles resultados de la ITV?
Después de un largo rato frenando, acelerando y encendiendo y apagando luces, llega el veredicto. Al final del recorrido de la ITV, el técnico responsable de la inspección te dará uno de estos tres resultados:
- Positivo: enhorabuena. Tu vehículo cumple con todos los requisitos de seguridad exigibles y no tendrás que volver a pasar por la ITV hasta dentro de cuatro, dos o un año.
- Desfavorable: existe algún fallo importante por el que el vehículo no ha pasado la inspección. No obtendrás la pegatina y no podrás circular con tu vehículo a menos que sea para llevarlo al taller. Dispones de dos meses para subsanar el problema y volver a pasar la inspección. Ten en cuenta que conducir sin la ITV pasada es una irregularidad que puede acarrearte importantes sanciones, así que procura resolverlo lo antes posible.
- Negativo: mala suerte. Las condiciones en las que se encuentra el vehículo suponen un riesgo para la seguridad y debe ser inmovilizado de inmediato. Solo podrás sacarlo de las instalaciones de la ITV con una grúa y llevarlo a reparar si lo consideras una opción viable.
¿Cómo evitar una ITV negativa o desfavorable?
Si ya conoces tu vehículo al dedillo e intuyes la existencia de algún problema, lo mejor es hacerle una puesta a punto antes de llevarlo a la ITV. En los talleres están acostumbrados a realizar este tipo de intervenciones, sobre todo en coches de bastantes años, para evitar que salte alguna alarma a la hora de realizar la inspección.
Los errores más frecuentes suelen estar en el estado deficiente de los neumáticos, las luces y las suspensiones, así como en los niveles elevados de emisiones.
Un repaso a todos estos elementos clave aumentará tus opciones de obtener un resultado favorable. Merece la pena invertir tiempo y dinero en esta puesta a punto para evitar que un mal resultado te ponga en una situación complicada.