Lo que debes saber sobre la calefacción de tu vehículo

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En los meses de invierno el sistema de calefacción del vehículo se convierte en una herramienta fundamental para garantizar el confort durante la conducción. Pero, ¿sabes cómo utilizara del modo más seguro y eficiente? Estos trucos y consejos te ayudarán a optimizar el uso de la calefacción en el coche controlando el gasto y maximizando sus prestaciones.

Para hacer un buen uso de la calefacción en el vehículo conviene saber cómo funciona este sistema. Y es que es habitual escuchar comentarios acerca del supuesto aumento en el consumo de carburante o los problemas con el encendido y la batería, argumentos basados en medias verdades que solo generan confusión.

La calefacción no supone un mayor consumo de combustible. Para la producción de calor en el interior del vehículo el sistema aprovecha el calor generado por el propio motor del coche. Un ventilador que emplea la electricidad generada por la batería es el que se encarga de trasladar el aire caliente al interior, por lo que únicamente se consume una mínima cantidad de energía eléctrica que además se va recargando en la batería gracias a la presencia de un alternador.

Consejos para un correcto uso de la calefacción en el coche

  • No enciendas la calefacción nada más encender el coche. Si el motor no está todavía caliente, lo único que entrará en el habitáculo será aire frío.
  • La forma más eficiente de que el calor se distribuya de con homogeneidad por el interior del vehículo es empleando las salidas de aire ubicadas en los pies.
  • La temperatura debe regularse entre los 19 y los 22 ºC. Por encima de esta cifra la calefacción podría producir somnolencia y ser un peligro para la conducción.
  • Aparte de que no tiene demasiado sentido, no es conveniente utilizar el aire acondicionado y la calefacción a la vez. Esta práctica sí provoca un aumento de consumo, podría generar averías y resultar más contaminante.
  • La calefacción es más que suficiente para mantener una temperatura adecuada. Asegúrate de haberte quitado las prendas de abrigo más voluminosas antes de ponerte al volante para garantizar una conducción cómoda