El tiempo de recarga y la autonomía de los vehículos eléctricos sigue siendo una de las principales limitaciones de la movilidad sostenible. Sin embargo, frente a las soluciones tradicionales empiezan a aparecer otras alternativas que podrían suponer el impulso definitivo del sector.
Desde hace algún tiempo, los esfuerzos de las empresas fabricantes parecen haberse centrado en el grafeno. Este material al que todavía le falta bastante recorrido, podría terminar siendo el sustituto de las actuales baterías de litio.
¿Cómo funciona una batería de grafeno?
Las baterías de grafeno están compuestas por una lámina de carbono puro mucho más ligera que el aluminio y hasta 100 veces más resistente que el acero. Se utilizan habitualmente en dispositivos móviles como teléfonos, relojes inteligentes y otros gadgets, y de manera más reciente en el ámbito de la automoción.
Su principal característica es que pueden trabajar a temperaturas muy altas y con una gran potencia. Los electrones tienen una movilidad superior a la de otros materiales. Este alto nivel de conductividad eléctrica hace que las celdas de la batería se recarguen con mayor rapidez, lo que evita la necesidad de tener el vehículo conectado a la corriente toda la noche.
Ventajas de la batería de grafeno frente a la batería de litio
Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, se prevé que las baterías de grafeno sean el futuro de los vehículos eléctricos. Frente a las actuales baterías de litio, la implantación de modelos 100 % grafeno traería consigo las siguientes ventajas:
- Reducción del tiempo de carga: son hasta 100 veces más rápidas que las baterías actuales.
- Reducción de peso y espacio en el diseño del vehículo: hasta un 30 % menos que las baterías de litio.
- Mayor autonomía: se podrían llegar a fabricar vehículos con autonomía de hasta 800 km.
- Mayor vida útil: las baterías de grafeno tienen una vida hasta 4 veces superior a las baterías de litio.
¿Te has pasado a la movilidad eléctrica? Con independencia del tipo de batería que utilice tu vehículo, siempre es recomendable hacerse con un seguro de vehículo eléctrico que cubra aspectos como los daños en los postes de carga, el cable o el enchufe, incluyendo el robo de estos.