En la contratación de un seguro de coche no solo hay que tener en cuenta las características del vehículo sino el uso que se le va a dar y el tipo de carreteras por el que se circula. Determinadas vías son más susceptibles de producir daños en la luna del coche, con el consecuente riesgo que ello supone para la conducción. Pero este tipo de imprevistos también pueden acabar en un desembolso económico extra.
Cualquier grieta en el cristal delantero, incluso si no afecta a la visión del conductor, puede suponer un peligro. Los pequeños desperfectos en las lunas de un vehículo son susceptibles de convertirse en un problema más grave en cualquier momento y sin previo aviso.
¿Todos los seguros incluyen cobertura de lunas?
Prácticamente todas las compañías aseguradoras contemplan la reparación de las lunas del vehículo en caso de rotura o piquete. No obstante, es un aspecto que habrá que repasar entre las condiciones de la póliza en el momento de la contratación. Los seguros a terceros más básicos no tienen por qué incluir esta cobertura.
La resolución del problema se puede desarrollar de varias maneras. Si los desperfectos son la consecuencia de un accidente en el que el asegurado no tiene la culpa, los gastos los cubrirá el seguro del otro conductor. Si el asegurado es el responsable del accidente, se aplicarán las coberturas contratadas por daños propios.
La aseguradora también correrá con los gastos de una rotura, rayón o piquete provocados por una causa instantánea (p. ej., una piedra que salta de la calzada). En estos casos la reparación no se tramitará como un parte de accidente.
Importancia de mantener las lunas del coche en buen estado
Los arañazos, roturas y piquetes en la luna del vehículo pueden afectar a la visibilidad del conductor y, por lo tanto, a su seguridad. De hecho, una raya que atraviese el cristal por el lado del conductor se puede considerar un fallo lo suficientemente grave como para que el vehículo no pase la ITV.
Este tipo de desperfectos en la luna delantera del vehículo no son solo una cuestión de estética. Todos los cristales del vehículo, incluidas las ventanillas laterales y la luna trasera, tienen la consideración de elementos de seguridad.
Conducir con un cristal rajado que afecte a la visibilidad del conductor no supondrá la pérdida de puntos de carnet, pero sí podría derivar en una sanción económica de 200 euros e incluso en la inmovilización preventiva del vehículo.