Consejos para conducir con lluvia y nieve

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El final del invierno y el comienzo de la primavera son semanas de muchas precipitaciones. Conducir con lluvia y nieve exige prestar especial atención a los aspectos básicos de seguridad al volante.

Conducir en condiciones meteorológicas adversas incrementa el riesgo de sufrir un accidente. Los años de experiencia al volante no son suficiente garantía de seguridad. En esta época del año conviene repasar algunas cuestiones fundamentales para facilitar una buena conducción con lluvia y nieve.

Riesgos de conducir con lluvia y nieve y cómo evitarlos

La lluvia aumenta el riesgo de accidente en carretera hasta un 70 % y la nieve es responsable del 9 % de los accidentes de tráfico. ¿Por qué es tan peligroso conducir en estas condiciones?

  • La luz de los faros se filtra, se refleja más sobre la carretera y resulta más incómoda para la conducción.
  • Las gotas de agua en el parabrisas distorsionan la visibilidad y reducen la capacidad de reacción del conductor.
  • La distancia de frenado es mayor y las carreteras son más resbaladizas.
  • Disminuyen la visibilidad horizontal y el contraste entre los objetos y su fondo.

Todos estos factores incrementan las posibilidades de colisión, derrapes o salida de la vía. Es de destacar que estos riesgos no son exclusivos de las carreteras en malas condiciones o de los recorridos con muchas curvas. De hecho un alto porcentaje de los accidentes de tráfico relacionados con el mal tiempo se producen en tramos rectos.

¿Cómo se pueden evitar los principales riesgos de la conducción con lluvia y con nieve? Estos consejos te resultarán de gran utilidad cuando tengas que conducir en condiciones adversas:

  • Reducir la velocidad y evitar los giros bruscos del volante.
  • Aumentar la distancia de seguridad con respecto a otros vehículos.
  • Frenar suavemente y de forma progresiva para evitar el bloqueo de las ruedas y los derrapes.
  • Revisar el estado de los neumáticos y de las escobillas del limpiaparabrisas antes de salir de viaje.
  • Verificar el buen estado del sistema de frenado (pastillas, líquido, muelles, discos…).

Las nevadas y heladas no se consideran fenómenos meteorológicos extraordinarios, por lo que el Consorcio de Compensación de Seguros no actúa en estos casos. Sin embargo, las condiciones del seguro de tu coche sí te cubren en caso de accidente, así como frente algunos siniestros relacionados con el mal tiempo.