Las temperaturas extremas de este verano han pasado factura a los coches eléctricos. Y es que las baterías que emplean estos vehículos tienen menos autonomía cuando el termómetro excede los 35 ºC.
No es una limitación que se pueda extender a todas las marcas, pero en mayor o menor medida, todas las baterías de eléctricos sufren ante las elevadas temperaturas de un verano caluroso, igual que lo hacen ante una ola de frío. ¿En qué se notan estos cambios? Principalmente, en la autonomía del coche.
Aumenta el calor, se reduce la autonomía
Las baterías de los vehículos eléctricos se mueven en un rango de temperaturas de funcionamiento óptimo bastante reducido: entre los 20 y los 25 ºC. Esto limita mucho el aprovechamiento de la batería, pero apenas resulta perceptible en condiciones climatológicas “normales”.
El escenario cambia cuando se alcanzan temperaturas de frío o de calor extremo, como las que se han alcanzado este verano, con máximas que en algunos casos han superado los 40 ºC. Según los estudios realizados en varios modelos de vehículos eléctricos, se estima que la autonomía se puede reducir hasta en un 4 % cuando la temperatura exterior supera los 35 ºC, y que ese porcentaje aumenta a medida que suben los termómetros. Así, en plena ola de calor, un vehículo eléctrico con 400 km de autonomía apenas sería capaz de superar los 300 km de recorrido.
¿Por qué afecta el calor a las baterías de los eléctricos?
El motivo es que estas baterías están fabricadas con iones de litio y sistemas de refrigeración que se encargan de que no se sobrecalienten. La refrigeración puede hacerse tanto con aire como con líquido y, en cualquier caso, tiene como objetivo garantizar que la batería se mantiene en condiciones óptimas para su funcionamiento.
El exceso de calor pone a prueba el rendimiento de los sistemas de refrigeración del coche. Si ante un exceso de temperatura no hay posibilidad de mantener la batería en el rango óptimo de funcionamiento, existe el riesgo de que se produzcan reacciones electroquímicas que afecten a su rendimiento.
Un seguro a terceros con coberturas ampliadas te garantizará la asistencia en carretera necesaria en caso de fallos en la batería de tu eléctrico. Es un servicio imprescindible para no llevarse sustos cuando los termómetros se disparan.