Publicado por Los seguros de salud y de vida no solos son una manera de garantizar tu tranquilidad y la de los tuyos. Este tipo de productos también te ayuda a reducir las cuotas a pagar de IRPF, haciendo que el resultado de tu declaración de la Renta resulte más favorable.
Pero ¿estas ventajas fiscales se pueden aplicar a todos los seguros? Depende de sus características y de la situación de la persona asegurada. Conoce los requisitos para desgravar tu seguro de salud y de vida y descubre cómo introducirlos en tu próxima declaración de la Renta.
Renta y seguros de vida: ¿cuándo se pueden deducir?
Antes de conocer los casos específicos en los que se pueden desgravar los seguros de vida, es importante conocer las condiciones generales para aplicar estas deducciones:
- La póliza tiene que estar a nombre del contribuyente o al del cónyuge, descendientes o ascendentes.
- El principal riesgo cubierto por el seguro es el del fallecimiento de su titular.
- Se debe estar al día del pago de las primas indicadas en el contrato.
- Las primas abonadas no deben superar los límites establecidos por la Agencia Tributaria para cada ejercicio.
- La empresa aseguradora debe estar autorizada por el Banco de España.
Si se dan estos requisitos previos y, además, dispones de toda la documentación necesaria para justificarlos, podrás a optar a una deducción del seguro en tu declaración de la Renta en las siguientes circunstancias:
- El seguro de vida está vinculado a un préstamo hipotecario: podrás desgravarte hasta un 15 % del importe destinado a la compra de la vivienda (7,5 % para el tramo estatal y 7,5 % para el tramo autonómico) con una base máxima de 9.040 euros anuales. La condición es que la compra de la vivienda sea anterior al 1 de enero de 2013. En las casillas 547 y 548 se consignan las deducciones por inversión en vivienda habitual.
- El seguro de vida está vinculado a un plan de ahorro: se incluyen en este grupo los PPA (Planes de Pensiones Asegurados) y los SIALP (Seguros Individuales de Ahorro a Largo Plazo). En estos casos, la cantidad deducible varía en función de la edad del asegurado.
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- Contribuyentes de menos de 50 años: la desgravación máxima es de 10.000 euros.
- Contribuyentes de más de 50 años: la desgravación máxima no podrá superar los 12.500 euros.
La tributación de los seguros de vida y ahorro es similar a la de los planes de pensiones. Dependiendo de cómo percibas la prestación, podrías tener que tributar como capital mobiliario (casillas 419 y 430) o por los rendimientos que esta ha generado (casillas 32 y 35).
- El seguro de vida está contratado por un autónomo: en estos casos se considera que la póliza está vinculada al desarrollo de una actividad profesional o empresarial, por lo que se puede deducir como gasto. La cuota máxima deducible asciende a 500 euros (500 euros en el caso de autónomos con alguna discapacidad). Para aplicar esta deducción, deberás marcar la casilla 200 de la declaración.
¿Qué ocurre con los seguros de salud?
Como norma general, los seguros médicos o de salud privados contratados por particulares no podrán desgravarse en el IRPF. No obstante, las condiciones pueden variar entre comunidades autónomas, por lo que conviene consultarlas con un gestor para cada caso en particular.
Lo que sí permite Hacienda es que los autónomos, las empresas y los trabajadores beneficiarios de una póliza de salud contratada por su empresa, obtengan ciertos beneficios en su declaración de la Renta. Estos son los límites y condiciones generales:
- Trabajadores por cuenta propia en régimen de estimación directa: pueden desgravarse hasta el 100 % de la prima con un máximo de 500 euros (1.500 en el caso de trabajadores con alguna discapacidad). Además, se puede deducir también el seguro de su cónyuge y de sus hijos menores de 25 años, con los mismos límites anteriores.
- Empresas con seguros colectivos: todo el capital que empleen en abonar un seguro de salud para sus trabajadores se puede deducir en el Impuesto de Sociedades.
- Trabajadores por cuenta ajena: cuando la póliza médica se recibe como parte del salario, está exenta de tributación. Al no considerarse un rendimiento de trabajo, supone un ahorro a la hora de determinar cuántos impuestos debe pagar el trabajador en su declaración de la Renta.
