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¿Vale la pena comprar una moto de segunda mano?

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Los conflictos sociopolíticos y los esfuerzos de los fabricantes por cumplir con las exigencias de la normativa ecológica han encarecido las motos de fábrica. Con el alza de precios, las motos de segunda mano se han convertido en la alternativa más accesible para quienes quieren viajar sobre dos ruedas.28

Pero comprar una moto de segunda mano también puede salir muy caro si no se toman las precauciones adecuadas. Revisar el vehículo a fondo y familiarizarse con los precios del mercado es fundamental para que este tipo de inversiones resulte realmente rentable.

Ventajas y desventajas de una moto de segunda mano

La principal ventaja de comprar una moto de segunda mano es el precio. Cualquier vehículo empieza a devaluarse desde el momento en que abandona el concesionario (alrededor de un 10 % anual). Esto ofrece cierta flexibilidad en la elección de una moto de segunda mano que cumpla con las necesidades del usuario sin pasarse de su presupuesto.

Sin embargo, conocer el estado real de una moto usada no siempre resulta sencillo. No disponer de información detallada sobre la historia de la moto puede ser una gran desventaja. No obstante, adquirir la moto de segunda mano en un concesionario de vehículos de ocasión ofrece más garantías. Es también la mejor opción para quienes desean pagar la moto a plazos.

Consejos para comprar una moto de segunda mano

Tanto si la compra se hace a un particular como a una empresa, existen algunos aspectos clave que deben revisarse en una moto de segunda mano.

  • Kilometraje: comprobar el cuentakilómetros y el cable y preguntar si alguna vez ha sido necesario reemplazarlo.
  • Asiento, puños y estriberas: aunque podrían haber sido sustituidos por piezas nuevas, el desgaste siempre suele ser compatible con la cantidad de kilómetros que dice tener la moto.
  • Llantas y ruedas: las muescas en el disco exterior pueden dar una idea de las veces que ha habido que reemplazar la rueda, síntoma de un rodaje intenso. Por su parte, las deformaciones en las ruedas pueden estar relacionadas con de desajustes en la suspensión o el chasis.
  • Arranque: para comprobar el estado del motor, es necesario arrancar la moto en frío y asegurarse de que lo hace con facilidad. Ya en caliente, se debe prestar atención a posibles fugas de líquidos y al funcionamiento del tubo de escape. En una moto en buenas condiciones, el humo debe ser prácticamente transparente.
  • Suspensión: se comprueba frenando y soltando el freno en varias ocasiones, y revisando la alineación de las barras de la horquilla durante el proceso. El movimiento de la modo debe ser fluido pero controlado.
  • Kit de transmisión: existen mayores garantías de que la moto de segunda mano sea de buena calidad si conserva su kit de transmisión original.
  • Carrocería: si la moto no muestra abolladuras ni arañazos, suele ser señal de que ha tenido un buen mantenimiento y una buena conducción.
  • ITV y otra documentación: no es recomendable comprar una moto de segunda mano que tiene la ITV pendiente. Además, debe estar libre de cualquier carga para evitar gastos extra.

La contratación de un seguro de moto es el paso inmediatamente posterior a la compra. En función de las características de la moto de segunda mano y del tipo de conducción, puede ser interesante contratar coberturas adicionales al seguro básico, como protección frente a robo o incendio.

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