Consecuencias de dar un parte falso a tu aseguradora

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Fingir un accidente de tráfico o una avería que nunca ha sucedido no solo es una práctica poco honesta sino que puede tener repercusiones serias. Desde quedarse sin seguro para el coche y sin posibilidades de conseguir uno nuevo, hasta ser denunciado por estafa, hay muchos motivos por los que no merece la pena correr estos riesgos.  

La tentación de simular un accidente para cobrar las indemnizaciones del seguro o beneficiarse de una reparación ‘gratis’ cada vez es menos frecuente. Las compañías aseguradoras disponen de una oferta muy amplia de coberturas y modalidades de seguro tan favorables para el conductor que no es necesario recurrir a las malas artes para solucionar los problemas más habituales de un vehículo.  

¿Cómo actuará la aseguradora si detecta un parte falso? 

Ante todo, el beneficio de la duda. Precisamente por este motivo los partes de accidente que solicitan las empresas aseguradoras son tan detallados: es importante conocer toda la información relacionada con el siniestro para poder emitir una valoración.  

Sin embargo, si existen sospechas de que se ha presentado un parte falso y finalmente se demuestra que es así, la compañía aseguradora actuará con rapidez y de manera inflexible.  

El primer paso, y el más lógico, será rescindir el contrato que se hubiera suscrito con ella. Es decir, el vehículo quedará inmediatamente sin seguro obligatorio y, en consecuencia, no podrá circular.  

Pero el problema va más allá. Estos datos serán compartidos en un sistema global al que tienen acceso el resto de compañías. Cuando el asegurado trate de suscribir una nueva póliza, es muy probable que se encuentres con limitaciones.  

Comunicar un parte falso, ¿es delito? 

Aparte de las medidas iniciales adoptadas por la aseguradora, la situación podría complicarse. En función de la gravedad y de la cuantía que suponga el falso parte emitido, este podría ser un acto constitutivo de un delito de estafa.  

Si la compañía decide optar por la vía legal, el asegurado que ha actuado de forma irregular tiene todas las de perder. En primer lugar, si queda probado el fraude cometido se enfrenta a sanciones económicas elevadas que se calcularán en función de los perjuicios ocasionados a la compañía.  

En otros casos, aparte de una indemnización, el asegurado se expone a cumplir penas de cárcel por delito de estafa. Por todo ello, fingir un accidente, un robo, un incendio o una avería inexistentes no es una práctica recomendable. Lo más habitual es que tarde o temprano la verdad siempre salga a la luz.