La aparición de cambios inesperados en el organismo desencadena reacciones diversas en las personas. Quienes no saben gestionar bien esas situaciones pueden acabar desarrollando síntomas de hipocondrismo.
La hipocondría es un trastorno psiquiátrico que afecta al 5 % de la población, especialmente en edades comprendidas entre los 20 y los 40 años. El rasgo característico de quienes la padecen es una preocupación excesiva por la enfermedad y la muerte, y en muchos casos resultan necesarios el tratamiento farmacológico y la terapia cognitivo-conductual.
Síntomas de hipocondrismo, causas y consecuencias
La hipocondría es sinónimo de intranquilidad. Las personas que padecen este trastorno psiquiátrico reaccionan de forma obsesiva ante cualquier síntoma de enfermedad, magnificando su alcance y sus repercusiones.
Entre los síntomas del hipocondrismo destacan:
- Alto nivel de sugestibilidad frente a noticias negativas relacionadas con enfermedades.
- Preocupación excesiva por la salud y el estado físico.
- Obsesión frente a síntomas comunes como dolor muscular, pequeñas lesiones cutáneas o palpitaciones.
- Cuestionamiento de la fiabilidad de las pruebas diagnósticas y los tratamientos médicos existentes.
- Visitas reiteradas a los especialistas en salud y consultas recurrentes en Internet.
Para que un paciente sea diagnosticado de hipocondría (oficialmente, trastorno de ansiedad por enfermedad), es necesario que estos síntomas se prolonguen durante al menos 6 meses. El origen de este trastorno puede ser muy diferente de un paciente a otro, si bien siempre se suele tener en cuenta alguno de estos desencadenantes:
- Enfermedades recurrentes durante la infancia.
- Fallecimiento de un familiar o allegado tras una larga enfermedad.
- Entorno familiar en el que ya existen comportamientos similares.
- Dificultades para gestionar la incertidumbre de un modo saludable.
- Problemas de estrés y ansiedad.
En función de estos antecedentes y de las circunstancias personales de cada paciente, los síntomas del hipocondrismo pueden manifestarse con mayor o menor intensidad. También las consecuencias de este trastorno varían dependiendo de las particularidades de cada caso:
- Somatización (temores que se transforman en síntomas físicos)
- Vértigos
- Bajo estado de ánimo y de autoestima
- Problemas digestivos
- Insomnio
- Problemas de concentración y atención
¿Cómo se trata la hipocondría?
La sobreinformación y la desinformación que muchas veces está asociada a ella, han provocado un aumento en los cuadros de hipocondrismo. El acceso a datos e investigaciones a través de Internet es un arma de doble filo para las personas más propensas a sufrir este tipo de trastornos.
Habitualmente, las personas que presentan estos síntomas no saben qué es la hipocondría ni cómo les está afectando. Además, para abordar este trastorno de manera eficiente es necesario un enfoque multidisciplinar que incluya tratamiento psicológico, psiquiátrico y farmacológico. Una asistencia especializada que resulta mucho más accesible con un seguro de salud.